Arriba a Buenos Aires en 1938 poco antes del estallido de la 2da guerra mundial. Deseando que los valores de sus composiciones se impusieran por si mismos, sin apelar al recuerdo que su nombre de intérprete había dejado aquí, se hizo conocer a través de recitales radiofónicos con un seudónimo, con el que firma también sus obras, y en breve tiempo logro concitar la atención y la adhesión del publico.